TÉCNICA 4: Asuntos Pendientes

Asuntos pendientes



Nombre de la técnica: Asuntos pendientes.

Diferentes nombres: Asuntos Inconclusos, Gestalt Incompleta, Cierre de Ciclos o Soliloquio (en  Psicodrama).

Creador de la Técnica: Jacob L. Moreno.
Nacido en Bucarest, Jacob Levy provenía de una familia judía sefardita. Su padre, Moreno Nissim Levy (1858-1925), de origen búlgaro pero nacionalidad turca hasta la independencia de Bulgaria en 1878, se había especializado en el comercio de objetos funerarios. Su tiempo transcurría en viajes por los Balcanes y navegando en el mar Negro. Hacia 1896 se instaló con su familia en Viena, y en 1904 se estableció en Berlín. Sus negocios en el ramo de los ataúdes resultaron desastrosos. Desdichado en Alemania, el hijo decidió volver a Viena, donde estudió psiquiatría bajo la dirección de Otto Pötzl (1877-1962), a su vez alumno y asistente de Julius Wagner-Jauregg, mientras se apasionaba por la filosofía y sobre todo por el teatro. En 1921 creó el "teatro impromptu- (Stegreiftheater), en el cual, durante tres años, exploró con actores la idea del juego espontáneo o la improvisación catártica que serviría de base a su reflexión futura sobre el psicodrama. Después de un pasaje difícil por la ciudad termal de Bad Vöslau, donde comenzó a tomarse por un "hacedor de milagros" y a desarrollar lo que él llamó su "megalomanía existencial", pudo realizar el sueño de su vida (y el del padre), emigrando a los Estados Unidos en diciembre de 1925. Presentó sus ideas en Filadelfia, donde recibió la aprobación de William Alanson White. Después se instaló en Beacon, a orillas del Hudson, donde abrió una clínica psiquiátrica y, en 1936, gracias al dinero de la mujer del actor Franchot Tone (1903-1968), fundó el primer teatro de terapia psicodramática. Más tarde realizó una carrera internacional, popularizando el psicodrama y la sociometría (el estudio de las reacciones de rechazo en las organizaciones grupales). Al cambiar de continente y de nacionalidad, Jacob Levy transformó su identidad, tomando por apellido el nombre del padre: en adelante, se hizo llamar J. L. Moreno. Por otra parte, inspiró una leyenda increíble sobre sus orígenes, falsificando su fecha de nacimiento y contando que la madre había dado a luz en medio de una tormenta, en un barco que atravesaba el mar Negro: de tal modo se hacía pasar por el "mesías del Danubio", milagrosamente salvado de las aguas. También inventó un encuentro en Viena con Sigmund Freud, y se atribuyó la gloria de haber fundado una nueva doctrina, superior al psicoanálisis: "Doctor Freud -le habría declarado ese día-, yo empiezo donde usted se ha detenido. Usted se encuentra con las personas en el marco artificial de su consultorio. Yo las encuentro en la calle, en su casa, en su ambiente natural. Usted analiza sus sueños, los descompone en mil fragmentos. Yo les doy el coraje de seguir soñando, de explorar concretamente sus conflictos y de ser creadores." Al final de su vida, afectado por trastornos cardíacos, Moreno puso en escena su propia muerte, siguiendo el principio del psicodrama. Dejó de comer, comenzó a hablar exclusivamente alemán y rumano, y durante tres semanas recibió a la cabecera de su cama a todos sus fieles, provenientes de todo el mundo.


Descripción de la Técnica:
Los asuntos pendientes son todos aquellos sentimientos y emociones no resueltos que no han sido expresados por que la persona no se ha atrevido o tenido la oportunidad de expresarlos en el momento que surgieron o tomó conciencia de ellos.
Todo el mundo tiene gran cantidad de asuntos pendientes con sus padres, amigos, parejas, hijos, hermanos. Durante la psicoterapia, cada vez que se logra identificar uno de estos asuntos pendientes, el terapeuta pide al paciente que trate de completarlo. Esto puede hacerse a través de un encuentro con dicha persona o bien deben expresarse todos esos sentimientos abiertamente que no se atrevió a expresar en otro tiempo. Cuando se trata de una persona que ya  haya desaparecido de su familia personas fallecidas; primero se expresan los asuntos pendientes pueden ser sentimientos agresivos, amorosos o de cualquier otro tipo. Una vez expresados los sentimientos que albergaba, el paciente ha de despedirse de esta persona y cerrar la historia que mantenía abierta y que a menudo aparecía en sueños, imágenes o incluso en dolencias, como ocurre con algunas melancolías y otras somatizaciones.
Hay muchas personas que eluden concluir asuntos, ya que están tratando de evitar precisamente terminar una relación y despedirse. Esta evitación se da a menudo por que el no despedirse proporciona una serie de beneficios. Así, la persona sola que vive apegada al recuerdo de un ser querido evita sentirse sola o comprometerse con otra. Y queda aferrada al recuerdo permanente sin soltarse del ausente, porque esto le procura compañía y le evita nuevos compromisos con la vida y con las personas que pudieran aparecer en el futuro.
Otra de las causas que dificultan la despedida es el miedo a sentir dolor: dolor a la separación, al vacío o a la soledad. Una de las consecuencias de mantenerse agarrado o apegado son los síntomas físicos. Algunas personas identifican partes de su cuerpo con personas que se han ido o han desaparecido. Otras se identifican totalmente con personas que han fallecido y tienen así aspecto de cadáver, con las manos más o menos frías, los rostros pálidos, las voces inexpresivas o los movimientos lentos.
Otra de las consecuencias de mantenerse apegado es una actitud de auto compasión y auto conmiseración, siendo hacia la persona que ha desaparecido quejumbrosa y culpabilizadores. Hay algunos pacientes a los que se les oye decir algo así como: “si mi marido, o mi hijo, o cualquier otro, no hubiera muerto, yo no estaría como estoy”, etc.
Una tercera consecuencia estriba en la dificultad para establecer relaciones más cercanas e íntimas con otras persona, pues su continuo enganche y su constante rumiar acerca de esas personas desaparecidas le impide establecer lazos con otras personas próximas. Las energías que tendrían que estar dirigiendo hacia el exterior se dirigen hacia dentro, la vida queda bloqueada y detenida en una especie de estado de espera de no se sabe que, por que nunca llegara el encuentro fantaseado. Perls decía que los resentimientos son asuntos pendientes más comunes e importantes y los que más impiden terminar con una situación o relación. Así mismo los sentimientos de culpa suelen ser habitualmente resentimientos no expresados.
 En las relaciones íntimas lo que ocurre es que después de cierto tiempo se van acumulando los resentimientos y los desengaños no expresados. Así, llega un momento en que no pueden verse, oírse ni sentirse el uno al otro. Lo que ha ido ocurriendo es que la relación se ha ido cargando de estos sentimientos no expresados. Las personas que son capaces de expresar en cada momento lo que están sintiendo (no de forma obsesiva), y van solucionando asuntos pendientes según se van originando, tienen una mayor capacidad de despedirse y pueden soportar mejor el dolor de la separación.
Para trabajar los asuntos pendientes hacemos una especie de encuentro con la persona con la que el paciente se encuentra enganchado. Para ello le pedimos que exprese los sentimientos que guarda hacia esa persona y que no ha podido expresar todavía: rabia, dolor, resentimiento, amor, etc. Una vez que la persona siente: que ya no tiene más cosas que expresarle, le preguntamos si se siente preparado para despedirse. Si es así, comienza el proceso de despedida. Por el tono de voz, por la postura y lo convincente de sus palabras podemos ver si realmente puede decirle adiós o si todavía no está preparado. A veces esto último sucede porque todavía quedan pendientes y resentimientos no expresados.
En general, los efectos beneficiosos de estas despedidas suelen ser duraderos, la persona va adquiriendo mayor interés por la vida y las personas que la rodean. La energía desbloqueada con la expresión de asuntos pendientes inunda a la persona que reaparece con una vitalidad nueva y más creativa. A menudo,  podemos observarlo rápidamente en el color de sus mejillas, en la expresión de sus gestos y en la forma de encarar la vida así como las relaciones con el mundo, de esta forma la vida se vuelve más liviana, aumenta el interés, las conductas positivas hacia la misma y hacia el contexto.
Recursos: Manual Práctico de Psicoterapia Gestalt (véase en la bibliografía)

Bibliografía

Martin, Ángeles. Manual Práctico De Psicoterapia Gestalt [en línea] Texinfo ed. 2.2 Madrid, España: Madrid, Noviembre 1976  [fecha de consulta 19 de abril de 2014]. Capitulo IX Técnicas de Psicoterapia Gestáltica. Disponible en: < http://www.slideshare.net/tamaraklein777/27490066-manualdeterapiagestaltica>

By: Arredondo Díaz César

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